WORCESTER, MA - De niño, dejé el único hogar que había conocido, con tan solo una maleta y mi osito de peluche. Mis padres dejaron todo atrás: la tienda de mi papá, nuestro hogar, la familia y los amigos. Como muchos padres en todo el mundo, su deseo era que yo tuviera la libertad y las opor-tunidades que ya no estaban disponibles en nuestro país. Sacrificaron todo para ofre-cerme un futuro mejor. Aunque mi padre tenía dos trabajos y mi madre limpiaba pisos, tuvimos suerte. Pudimos venir como inmigrantes y obtener una visa de residente. Pudimos trabajar, y yo pude lograr mi educación.
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